El mono araña se alimenta principalmente de frutos maduros (75% de su dieta) de árboles como el Tucuico (Ardisia revoluta), Jiñocuabo (Bursera simaruba) y Palo María (Calophyllum brasiliense, Ficus (Ficus insipida) y otros como el chicozapote (Brosimum spp.), aunque en ocasiones se alimenta de flores, hojas tiernas, corteza muerta, e incluso invertebrados como insectos y arácnidos. Su sistema de apareamiento es polígamo, los cortejos y cópulas se limitan a un par de días, y la hembra produce sólo 1 cría cada 2 o 4 años, lo que ocasiona que su tasa reproductiva sea demasiado baja, de tal manera que las poblaciones naturales son muy lentas para recuperarse de la cacería o cualquier otra amenaza.
Desgraciadamente es otra de las especies cazadas por el hombre no sólo en México, sino en Centro y Sud América, y su caza es principalmente para la venta en el mercado negro de las crías (lo que generalmente implica matar a la madre). Otra de las amenazas es la deforestación, ya que este primate requiere de selvas en muy buen estado de conservación, y la tala desmesurada está fragmentando de manera acelerada sus poblaciones. Según expertos como Garber y colaboradores (2006), esta sería una de las primeras especies de primates en extinguirse en las próximas décadas!!!.
Finalmente es muy importante aclarar que su pérdida sería terrible para los ecosistemas selváticos de México, ya que este primate posee una importante función dentro de los mismos, recordemos que la mayoría de los árboles tropicales requieren de animales para dispersar sus semillas, y que los frugívoros como el mono araña son un elemento importante en este proceso. Por ello, denunciemos a los cazadores y comerciantes de esta especie (y de cualquier especie de fauna y flora silvestre en peligro), no compremos las crias, no son mascotas, su casa es la selva, es en la selva donde se necesita y no en una habitación o en una jaula en mitad de la sala!!.
Fotografías: T. Rioja (2008).